Final Fantasy IX

Título : Final Fantasy IX
Año : 2000
Desarrolladora : Squaresoft
Plataforma : PlayStation
Género : Rol

Final Fantasy IX supuso el fin de una gran época para la saga, incluso para muchos el fin de una gran era. Después de una trilogía estupenda en la consola de Sony,  Squaresoft nos había vuelto a ofrecer tres juegos estupendos como había hecho en Super Nintendo, llegaba la hora de despedirse. Playstation 2 se asomaba por el horizonte y aunque Playstation podía dar mucho de sí, los intereses comerciales hicieron que la empresa mirara hacia la nueva consola.

Aun así Hironobu Sakaguchi, creador de la saga, se negaba acabar esta etapa así como así.  Después del éxito conseguido en Playstation, la saga se merecía algo especial, un cierre que fuera el broche de oro de una época que gloriosa que quizás nunca volvería a repetirse. Con Final Fantasy IX, Sakaguchi nos brindo un homenaje a la saga y porque no decirlo, a sí mismo.

Como el mismo declaro con sus propias palabras, hizo el Final Fantasy que siempre había soñado realizar, sin imposiciones comerciales ni limitaciones técnicas. Squaresoft, sabiendo que no podía negarle ese capricho a este hombre, que había situado la compañía donde estaba, le dio vía libre. Sakaguchi pudo por fin hacer el Final Fantasy que él deseaba, quizás por eso, años más tarde decidiera dejar la franquicia. Por fin pudo completar su fantasía.

Y qué Final Fantasy IX ante todo es eso, un gran homenaje a la saga. Cada detalle, desde el argumento, personajes, ambientación, música está hecho como homenaje a los seis primeros Final Fantasy, los clásicos que se suele decir. Esto supuso una ruptura al igual que lo supuso la séptima entrega. Si aquella nos situaba en un mundo futurista, esta volvía al steampunk mas clásico, basándose mas en un mundo medieval fantástico en que un una oscura ficción cyberpunk.

Final Fantasy IX volvió a los orígenes, mas fantasticos

Cosa que hizo que muchos, entre los que me incluyo, no acabaran de paladear el titulo en su época. Conocimos la saga con Final Fantasy VII, no habíamos crecido con los fantásticos y coloridos mundos de anteriores juegos de la saga. Cosa que hizo que muchos infravaloráramos este juego, cosa que años después, con el paladar preparado para saborear esta obra, hace que me avergüence. Final Fantasy IX es pura magia desde el minuto uno, empezando por su argumento.

En un tiempo indeterminado, la princesa Garnet von Alexandros del reino Alexandria cumple su decimosexto cumpleaños. Con este motivo, la reina Brahne ha decidido celebrar varios festejos, entre los que se incluyen una representación de teatro para el pueblo. Lo que nadie podía imaginar es que la compañía de actores encargada de hacer representación es en realidad una banda de ladrones, a la cual pertenece Yitán, que tienen intención de secuestrar la princesa y llevársela bien lejos, para así pedir un rescate.

Mas , las cosas no serán tan sencillas. La reina Brahne tiene un extraño comportamiento últimamente y la princesa Garnet desea huir al reino de Lindblum, donde podrá explicar sus preocupaciones al rey Cid, viejo amigo de su padre. Entre medio de este embrollo tenemos al pequeño Vivi, un mago negro con un pasado misterioso, que se verá inmiscuido en esta historia por simples azares del destino. Lo que empezó como un simple secuestro acabara siendo una aventura épica donde estará en juego el futuro del mundo.

Como podemos ver, Sakaguchi nos dejo claro desde el principio que deseaba hacer un Final Fantasy. Nos volvió a situar en un mundo fantástico medieval con diferentes reinos, donde predomina la magia, las espadas y los héroes. Incluso las personajes son claras personificaciones de los antiguos oficios como eran mago blanco, mago negro, ladrón o caballero. Esto queda más patente en Vivi, que es calcado al aspecto del mago negro del primer Final Fantasy, pero los demás se basan en esos estereotipos.

Los personajes son personificaciones de los oficions

Yitán, Zidane en la versión original pero que en Europa se cambio por llamarse igual que el futbolista, es el ladrón típico de la saga, extrovertido, divertido e incluso ligón. Adalbert es el caballero que cumple con su debe a toda costa, sin pararse a pensar si está bien lo que hace o no y Garnet incluso llega a llevar la túnica del mago blanco en un momento del juego. Esto quizás lo hizo acercarse un poco más a los cuentos pero es que la base original del primer Final Fantasy era esa, explicar la típica historia del héroe que debe luchar contra el mal.

Los homenajes no acababan ahí. Volvíamos al sistema de cuatro personajes en combate, que se había olvidado en Final Fantasy, cosa que doto de más dinamismo al juego e hizo los combates mas rápidos que en las dos pasadas entregas. También se hizo que cada personaje tuviera sus propias habilidades, nada de personajes polivalentes, aquí se volvía al rol del ladrón, del mago, del guerrero o del monje. Cosa que se agradecía, pues volvía a dotar al juego de un componente más estratégico,  teniendo que volver a usar con cabeza las habilidades de cada uno.

Y esto era solo el principio, por ejemplo volvíamos a ver el volcán Guruc de Final Fantasy I, volvían la raza de los enanos, el barco volador estaba inspirado en el barco definitivo de Final Fantasy III, la relación entre Eiko y Garnet estaba basada en la de Lenna y Faris en La relación entre Eiko y Garnet estaba basada en la de Lenna y Faris en Final Fantasy V, el planeta se llamaba Terra en honor de la protagonista de Final Fantasy VI, teníamos un juego de cartas como Final Fantasy VIII, en una armería se hacían claras referencias a Cloud de Final Fantasy VII, hasta los cristales volvían a ser parte de la trama. Y estos son solo unos pocos ejemplos.

Lo mejor de todo es que Sakaguchi puso todos estos guiños y referencias con tal maestría, que en ningún momento hace tambalear la trama. Los no iniciados no se dan cuenta de todos estos detallitos pero los que hayan jugado la saga desde el primero al octavo, no pueden evitar esbozar una sonrisa cada vez que los ven. Además, Square Soft logro lo que parecia imposible un juego que contentara a los novatos como a los más veteranos, pues no estamos ante un simple homenaje, estamos ante uno de los Final Fantasy más divertidos de toda la saga y desarrollados con mas mimo.

El secuestro de la princesa sera muy accidentado

Pese a que suele quedar eclipsado por la fama de sus dos hermanos mayores, la verdad es que esta a la misma altura, solo tuvo la mala suerte de salir cuando Playstation vivía su ocaso.

Gráficamente, el juego es todo un portento, siendo francamente agradable a la vista, con escenarios realmente bonitos y coloridos.  Aunque siguen siendo prerenderizados, como el resto de la saga, pues la consola no daba más de sí, la verdad es que son autenticas obras de arte que dan ganas de admirar. Al ser paisajes medievales, los autores se encargaron de crear paisajes coloristas.

El diseño de los personajes es excelente, aunque se volvió a usar el estilo super deformed, la verdad es que están muy bien animados y se intento volver al estilo de Yoshitaka Amano,  diseñador de personajes de las seis primeras entregas. Cosa que realmente se consiguió, teniendo su propio estilo, en todo momento nos recordaba a los diseños de este maestro. Y qué decir de las animaciones, simplemente geniales.

Llevando a la Playstation al limite técnico, los personajes tenían una animación excelente, cada palabra que decían estaba acompañada de su correspondiente gesto, utilizando muy bien el lenguaje no verbal. A veces los personajes consiguen decir más con los gestos que con sus palabras.

Musicalmente, Nobuo Uematsu volvió también a sus orígenes más clásicos alejándose del tono que había adquirido en Final Fantasy VII y Final Fantasy VIII. Con composiciones mas clásicas, la verdad es que nos regalaba los oídos con sus fabulosas partituras y con algunas remezclas hechas para la ocasión, como guiño a los más veterano.

Volvíamos a tener cuatro personajes en combate

Detrás de todo este apartado técnico, que es de lo mejor que nos pudo ofrecer Playstation, nos encontramos con un juego francamente divertido. Puede que al principio tarde algo en arrancar, pues centra más en ponernos en situación que en ofrecernos combates, pero la verdad es que el argumento engancha. Los personajes nos caen simpáticos desde el minuto uno, en pocos minutos vemos las motivaciones y carácter de cada uno. Tampoco nos confundamos, no quiero decir con esto que los personajes sean planos.

Al igual que la historia, van evolucionando y cada uno de ellos se irá cuestionando su papel en la vida y en el mundo. Llegando alguno de ellos ha tener verdaderos planteamientos filosóficos, como por ejemplo Vivi, que se llegara a preguntar quién es realmente. Es sinceramente uno de los mejores aspectos del juego. Si bien el juego empieza con un guion ligero centrado en las aventuras, poco  a poco se va volviendo más maduro y atrapándonos como jugador, a la vez que no olvida nunca ser divertido. Consigue ese difícil equilibrio entre divertido y profundo, todo lo profundo que puede ser un argumento de esta saga, claro.

La verdad es que todo el argumento está muy bien hilado, excepto la aparición de un último enemigo que aparece un poco sin venir a cuento, pues no se hace casi referencia a él en casi toda la trama. Esta es la única pega del argumento, todo lo demás es perfecto, contando con tramas políticas y guerras.

Aun así, un buen Final Fantasy no debe atrapar solo por su belleza técnica y su argumento, estamos hablando de un juego de rol, no de una novela interactiva. En este apartado también es sublime, en todo momento el juego nos va proponiendo diferentes retos y enemigos, sin abusar.

Cuando podemos empezar a estar un poco hartos de tanto combatir, llegara momento de deambular por poblados y viceversa. El ritmo está muy bien ajustado, no cansando ni aburriendo en ningún momento. A mas que tendremos las típicas misiones secundarias que nos animaran a investigar mundo y conseguir mejores objetos, habiendo incluso enemigos finales secretos, como suele ser un clásico en la saga.

Los escenarios son sencillamente, preciosos

Estamos en definitiva, ante en un excelente juego de la saga, que solo tuvo la mala suerte de estar eclipsado por el éxito de los dos juegos anteriores. En su época fue infravalorado debido a que muchos buscaban lo mismo que nos había ofrecido, un aspecto más adulto y menos fantástico. Lo curioso es que en esta caso los que fallamos fuimos nosotros como jugadores. Un Final Fantasy era realmente lo que nos ofrecía este juego, siendo Final Fantasy VII el que rompió con lo que había.

Reconozco que un servido peco de ignorante, como muchos, en aquella época, pese a que me llego a gustar, no supe paladearlo como fue debido. Final Fantasy VII nos había acostumbrado a una ambientación de juego que realmente poco tenía que ver con la saga, pero lo desconocíamos. Años después, con más conocimientos y con una mente más abierta, supe ver todas las virtudes del título.

Final Fantasy IX no tiene nada que envidiar a los ocho juegos anteriores, es mas se merece estar entre los cinco primeros. Es técnicamente impecable, es divertido y fue todo un homenaje a mas de 20 años de saga. Si nunca os habéis atrevido con este Final Fantasy por su aspecto o simplemente por no tener tanta fama como Final Fantasy VII o Final Fantasy VIII, dadle una oportunidad. Estamos ante una de esas joyas infravaloradas por muchos en  su tiempo.