Nuestro invitado de hoy es Daniel Meralho, creador de RetroNewGames 3.0, ex-redactor de Games Tribune y prolífico escritor que ha colaborado en antologías como Bueno, bonito, maldito o Fantasmas, espectros, y otras apariciones. Como podéis ver, toda una carrera como escritor a sus espaldas.
Como gran amigo que es de Game Museum, se ha ofrecido a hacer una reflexión sobre los jugadores de toda la vida. ¿Estamos en extinción? ¿Nuestro tiempo ha legado a su fin? ¿Hemos de dejar paso a nuevas generaciones o hemos de revindicar nuestro lugar?
En peligro de extinción
«Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orión. Gamers terminar Contra con una única vida, y soldados buscando entre gritos un botiquín. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Trajes, armas y mapas, todos ellos gratuitos. Partidas en red local, manuales de decenas de páginas, y un sinfín de otras cosas que al dejar este mundo no podré concluir. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de soltar el mando y morir»
Saludos, jugones, y demás familia. Habitantes de una galaxia muy, muy lejana; allá por donde el entonces muy joven Skywalker perdió las zapatillas además de su cándida virginidad. Amantes del retrovicio y consumidores del píxel (sé que os tocáis). Guardianes de viejas glorias y de todos aquellos olvidados aparatos de entretenimiento electrónico -los dildos de la abuela no cuentan- que ya nadie usa en general. Bienvenidos todos, bienllegados y bienhallados todos vosotros, a tamaño invento del averno como es este nostálgico blog. Para los que gustan de navegar en el recuerdo, para aquéllos que buscan entre la rutina y la desgana un lugar de descanso y anónimo asueto. Para quienes se sienten frágiles y náufragos en mitad de un océano embravecido a la vez que buscan la luz de un faro que les sirva de guía en la más absoluta oscuridad.
He decidido acompañaros un momento en este apasionante viaje colmado de bits y de quebradizos recuerdos, participando para ello de este artículo tan humilde como personal. Y qué mejor que hacerlo recordando y adaptando cierta mítica y archiconocida frase del cine viejuno para la ocasión; la misma que encabeza este texto, y en la que Rutger Hauer en su papel como replicante se lamentaba de su suerte durante los instantes finales en el Blade Runner de Ridley Scott; película estrenada a comienzos de los años ochenta, de corte futurista y con claros tintes de ciencia ficción. Precursora de lo que hoy día conocemos como cyberpunk; esa cosa que suena tan bien como lo pinta, pero que la gran mayoría no tiene ni idea de lo que es salvo que “mola” por ser para frikis vanguardistas y poco más. Id corriendo ya a vuestra videoteca, los que la tengan, para verla si es que todavía no lo habéis hecho. Quién sabe si vuestro buen gusto y capacidad de entelequia se verán reforzadas en reuniones y botellones con oyentes de medio pelo en una escala de treinta sobre cien.
Y al igual que el bueno de Roy Batty (como así se hacía llamar el personaje). Al igual que él antes de dejar aquél que era su mundo; el mismo que lo despreciaba y repudiaba, yo también he decidido entonar mi triste y lánguida canción. Sólo para que quede constancia y para que no se pierda en el infinito del tiempo, este silencioso y ahogado lamento que los más veteranos sufrimos y padecemos sin remedio en un mundo que nos bombardea y atosiga cada vez con más información de la que en realidad podemos asimilar. Incansables buscadores de sueños (sí, tú, que te pierdes en Google intentando evocar en gran medida los años más procelosos de tu temprana juventud y niñez), y que han visto sin quererlo cómo se han pervertido las ilusiones con el paso de los años, y las esperanzas puestas en el futuro de muchos títulos que nacieron a la par que esta afición.
He querido que fuera de esta manera -puede que en exceso melancólica- por, principalmente, porque me preocupa. Porque, somos en realidad una raza aparte y casi extinta. Una raza que lucha y que se resiste, a pesar de saberse con la batalla perdida de antemano al igual que David contra Goliat. En mitad de un limbo de duda y desconocimiento entre lo que es el pasado reciente y la cada vez más efímera actualidad. Que se disculpa ante los recién llegados que no vivieron otros tiempos, y a la que se les ha echado encima el presente sin siquiera tener en cuenta sus apetencias y valoraciones. Cierto es que, de esos mismos lodos en los que nos han enfangado, han surgido en los últimos años intereses de terceros (compañías y editoras en las que distribuir es ya un verbo que cada vez se trata menos), cuyo fin es aprovecharse y convertir un pasatiempo en una acción monopolista y abusiva con el comprador final. Hemos pasado, por poner un mejor ejemplo para explicarme, del formato físico al digital sin oportunidad alguna para nosotros, prometiendo ventajas y aspectos que nunca pensaron en cumplir, dejando de lado a los que disfrutamos del tacto, y transformando el coleccionismo en una suerte de oficina de objetos perdidos o asilo para nuestros abuelos. Todos saben que existen y que nos necesitan, pero muy pocos se molestan en ir.
Se nos ha relegado al olvido con tan sólo un chasquido de dedos, siempre a ritmo de cuenta bancaria o Paypal; obligándonos a participar de el que es su negocio pero que para nosotros es tan intangible como irreal. No me imagino a nadie dentro de veinte o treinta años sosteniendo orgulloso nombres y títulos en una especie de juegoteca perdida en el disco duro de algún recóndito servidor (parece ridículo y en verdad lo es). La nube, ésa que ellos veneran y que les proporciona tantos pingües beneficios y a nosotros nos merman cada año que pasa los derechos (leeros todas las clausulas de Steam, copiadlas en alguna parte y comprobadlas cada temporada que pasa y con cada revisión), es, al igual que las miles de ellas que cada día surcan nuestros cielos y tal como rezaba el anuncio, algo que no huele a nada y que no se puede tocar ni atrapar. Es tan sólo un triste alquiler que nadie heredará. Pero cómo explicarle a las nuevas generaciones que hace menos de diez años comenzaron en ésto, que hubo un tiempo en que uno jugaba cuándo, cómo, y dónde quisiera. Son esos jugadores los que ahora mueven la industria y a los que les resulta imposible concebir la vida, sin un Tablet y sin grandes cantidades de megas y teras en formato digital. Internet es así. Renovarse o morir.
Así, considero que al igual que el malogrado personaje del filme cuando aceptaba estoico su destino, que muchos de los que ahora estáis leyendo estas líneas os sentís un tanto así. Vacíos e incomprendidos, perdidos y temerosos ante los acontecimientos que vienen. Aceptando como esculturas caídas de tiempos pretéritos que nuestro tiempo ha pasado. Ese que en nuestras manos está si ha de volver o no. Cuando todo era más sencillo y menos compulsivo, y podíamos permitirnos saborear cada juego desde el momento en que se abría la caja hasta que un Game Over lucía brillante y determinante en la pantalla. Cuando no éramos ningún estorbo, cuando no éramos una anécdota. Un freno a los intereses de esta podrida industria que ahora mismo nos da carpetazo a sabiendas de que lo hace para que los videojuegos pierdan su condición primera que es la de hacernos soñar. Yo, al igual que muchos de vosotros, me siento como el bueno de Roy, desvalido y fuera de lugar. En peligro de extinción. Una rareza sintomática, ideológica y galopante que se resiste a dejar de formar parte de este universo que a duras penas se sostiene, y que lo rechaza continuamente sin darle una oportunidad. A veces con ganas de subirme hasta el final del trayecto, y otras con unas ganas inconmensurables de tirar la toalla, de arrojar la llave del recuerdo al fondo del mismo océano en el que se halla con el agua hasta el cuello y claudicar.
¿Qué sería de ellos de no ser por muchos de nosotros en sus inicios ? ¿Qué quedó de todo aquéllo? ¿Por qué ahora nadie nos tiene en cuenta si aún no estando de acuerdo en cómo lo hacen seguimos llenando sus bocas sin cesar? Quizás sea precisamente por eso.
Y es que, para ellos, para los grandes desarrolladores, al igual que en cualquier otro ámbito comercial, esos que ahora se rinden ante el marasmo de unos jugadores que lo aceptan todo entre protestas que sólo se resumen al final a agachar la cabeza y pulsar el botón de la conformidad. Para ellos sólo sirve una acción o protesta posible, que es la de decidir si pasar de largo o comprar. Desconozco en qué momento perdimos el norte, en qué instante les dimos la victoria en la batalla. Si es que alguna vez la hubo, y de haberla fue sin duda desigual. Por suerte para nosotros todavía nos queda el recuerdo,blogs y webs como Game Museum, el apoyo mutuo en multitud de festivales que gracias a Dios van creciendo y, lo que es más importante, nuestro pequeño rincón y los cajones repletos en la intimidad del hogar.
Seguid y sigamos así, convirtiendo en actuales a nuestros pequeños “bichejos”. Pues todos sabemos que nada muere o desaparece hasta que deja de hablarse de él o se olvida.
Al final creo que me he puesto serio.
Muchas gracias.
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¡Qué alegría leerte por estos lares!
Bastante de acuerdo con lo qué expones, aunque personalmente no pienso que la situación sea tan catastrófica para los jugadores de la vieja escuela.
Creo que en la situación actual del mundo del videojuegos pueden convivir cualquier tipo de vídeo jugador, la oferta es tan amplia que da para todos.
Otra cosa es los derroteros por donde se está encarando el videojuego y el modelo de negocio que está adquiriendo. Odio los Seasson Pass, los DLC (siempre con alguna excepción que valga la pena), los Free to play, los Pay to Win… y con las actualizaciones ya es para rematar, pero en fin.
También me preocupa la especulación que sufre el mundo del retro videojuego, aunque si buscas con calma y paciencia se pueden encontrar gangas de grandes joyas.
Siempre es un placer leerte y gozar de tus letras.
Un abrazo, tocayo 😉
Y yo encantado de haberlo hecho. No llegó antes porque estaba dejando las drogas. Pero al final cumplo XD
Hombre, más que quejarme es un llamamiento a que todavía estamos por aquí. Y si jugamos es porque nosotros bajamos el listón y sinceramente, porque no nos queda otra si queremos hacerlo. La verdad es que no nos tienen en cuenta porque no somos mayoría. Es como la dificultad en los juegos, que parece que si no te llevan de la mano ya vas a pasar de ellos. Y yo quiero un modo hardly extreme hardcore. Como mínimo XD
Un articulo bien redactado, pero excesivamente catastrofista. Hablas como si el formato fisico se hubiera perdido completamente, y como mucho, lo unico que sufrimos a dia de hoy es la desaparicion de los manuales. ¿que llegara un dia en el que todo sea descargable? claro que sí, pero cuando llegue ya tendras tiempo de quejarte con articulos como este (nos quejaremos todos), pero yo no veo que antes fuera todo mas facil. Al contrario. La mayoria de veces deseabas un juego con todas tus fuerzas y ni teniendo el dinero para comprarlo podias encontrarlo en ningun sito. ¿eso pasa hoy? ni de coña. Si tienes muchas ganas puedes hasta piratearlo, porque practicamente cualquier sistema esta pirateado y puedes bajarte la copia en 5 min. ¿antes era posible esto? ni en broma. Es verdad que por ello mismo apreciabamos mas las cosas, pero no me cansare de repetir que las apreciabamos mas tambien por el hecho de ser mas joven, y cuando eres joven todo hace mas ilusion.
Yo lo que se es que ahora compro mas juegos que nunca (refiriendome a juegos actuales) pagando rara vez mas de 25 euros. Cantidad que se rebaja notablemente si esperas unos meses. ¿antes pasaba eso? ni de coña! pagabamos el equivalente a 50 o 60 euros cada vez que comprabamos un juego, y muchas veces sin posibildiad de haberlo alquilado, haberlo jugado, y muchisimo menos haber visto un misero video.
Tambien mencionas las tablets. Todo digital! si!, pero… ¿existian las tablets en nuestra epoca? NO.
El formato descargable tiene sus ventajas, como que compañias que de otro modo no tendrian dinero pa distribiur sus juegos puedan lanzarlos gastandose una cantidad casi nula en distribucion. También estan las ofertas, donde pagamos 2 o 3 euros por juegos triple A de los caros. ¿que los tenemos sin caja? y que importa!! eso es lo que pagabamos por un alquiler y a los dos dias lo unico que teniamos era el recuerdo!!.
Resumiendo, una tematica de articulo repetida hasta la saciedad y que por mas que repitais no se va a convertir en realidad, al menos hasta dentro de unos años (por desgracia).
Deberiais empezar a asumir que si no sentis lo mismo es porque sois adultos y la vida es asi de puta.
Saludos!
Gracias Sito. Pero me indigna en lo que se ha convertido esta industria y cómo en cierto modo nos han olvidado. Me llevé un enorme chasco cuando vi en qué se convirtió Resident Evil, Tomb Raider, Splinter Cell…
Yo también compro mucho en digital, pero es que la mayor parte de las veces no me queda otra opción porque la física ya no existe. Eso de que vayas a comprar un código metido en una caja y el resto por descarga… Pero bueno, me imagino que cada uno lo padece de distinta manera, como las hemorroides XD.
pd- más que puta.
Aquí no se rinde nadie. Somos militantes de retrogaming, somos los últimos guerreros, somos la historia el presente y el futuro. La caja, el manual, el cartucho son un único ser.
Ni se me ocurre entrar a debatir parágrafo por parágrafo ya que el tema, el asunto y el sentido del artículo se entiende a la perfección. No me preocupo mucho por lo que haga la industria. Nosotros a lo nuestro, demostrando a las nuevas generaciones que el progreso es el pasado. Me preocupa que nos jodan, me preocupan lo que hacen los especuladores.
Es normal que Salore78 y Sito crean que no estamos tan mal, es normal, porque son unos modernos y unos traidores!!!
PD: Mucha ilusión poderte leer. Escribes de lujo.
Te puedes creer que llevo unos días pensando a quién coño le voy a dejar mi herencia de consolas y juegos? Si es que… igual me sale un hijo digital de esos y me da algo.
elXuxo, el único traidor aquí eres tú. Eres la única persona que conozco que tiene una PS4, una XBOXONE y un PC a full y se compra todas las novedades el día que salen, o sea que…
Buenas Dani.
El artículo es digno de ser leído y publicado en todas las webs del mundillo para que la gente sepa cual es la verdadera situación que atraviesa la industria que tanto «hemos amado» en nuestra infancia y ahora miramos de una forma muy distinta.
Aunque publicarlo en otros siitos haría que GayMuseum perdiese la exclusiva…
Yendo al grano sobre el artículo, coincido con Sito y el Dr. Rabinat en que el estado y la situación no es tan catastrófica como puede parecer, pero con matices, dado que el formato en que todo nos lo presentan ha cambiado.
Ni todo es tan malo ni tampoco está tan sano como nos quieren hacer ver, pero si coincido en que los únicos encargados de hacer que la historia no se olvide de como era jugar de verdad antaño, somos nosotros los usuarios de sistemas (retro y no retro) porque somos los que valoramos las cosas por como las hemos vivido y visto evolucionar, y las compañías parecen haber olvidado muchas de esas cosas. No lo han hecho, ni mucho menos, porque es una industria joven la nuestra, pero al final son empresas que van a generar ingresos, y el camino de hoy dia es el mas directo, mal que nos olvide por completo.
Nosotros seguiremos ahí, viciandonos y reuniendonos cada tanto, porque no solo así debe ser, es que así nos lo pide el cuerpo…. y el corazón….
Larga vida a SEGA….
Esto último podéis obviarlo. Me estaba tocando mientras escribía…..
Saludos!!!
[…] ha decidió embarcarse en este nuevo proyecto. Bromas aparte, es un honor para nosotros que Daniel Meralho, haya contado con nosotros para este proyecto. Así que junto a Dani, Iván Rodriguez y Shana, […]