Título: The Legend of Zelda : A Link to the Past
Año: 1991
Desarrollador: Nintendo EAD
Plataforma: Super Nintendo
Género: Aventura
Con motivo de la última entrega de la saga The Legend of Zelda, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, salida recientemente al mercado, me gustaría repasar uno de los juegos pilares de la franquicia, The Legend of Zelda: A Link to the Past. Un título, que, aunque parezca mentira, a día de hoy sigue hablando de tú a tú con el peso pesado que es The Legend of Zelda: Ocarina of Time, siendo uno de los juegos más queridos por los fans y que sin duda, se han escrito y se escribirán ríos de tinta, veinticinco años después de su salida.
No es para menos, pues supuso la consolidación de la fórmula que conocíamos hasta ahora, pues The Legend of Zelda: Breath of the Wild ha llegado para romperla al igual que lo intento Zelda II: The Adventure of Link en su día, pero eso corresponde a otros medios analizarlo, centrémonos en The Legend of Zelda: A Link to the Past.
Después del éxito desigual entre crítica y público de Zelda II: The Adventure of Link, a día de hoy sigue dividiendo a los fans, considerándose la entrega más extraña hasta la fecha, Nintendo opto por volver a la fórmula del primer The Legend of Zelda. La segunda entrega aportaría muchas cosas, aunque tuvo buenas ventas, estaba claro que la gente prefería el original, así que se tiró la casa por la ventana. La tercera entrega sería un reinicio argumental en toda regla, programada para Super Nintendo, en lugar de para Nintendo como se tenía planeado en un principio, con un cartucho nada más y nada menos que de 1 MB, el doble de uno normal. Nintendo tenía claro que quería volver a encandilar a público y crítica con esta nueva entrega. Para ello siguió una premisa muy sencilla, más de lo mismo, pero más grande y mejor. Encontrar el delicado equilibrio entre ser conservador y revolucionario al mismo tiempo.
Y se puede decir que con The Legend of Zelda: A Link to the Past, lo consiguieron. Se convirtió en todo un ejemplo de cómo debe ser una secuela, por una parte, conserva todo el planteamiento del original, pero por otra, aportó un montón de novedades, haciendo que no fuera simplemente un nuevo mapeado, una nueva historia y unos gráficos mas bonitos. Esta entrega es la que consolido aspectos tan arraigados hoy en día en la saga como eran, mazmorras multinivel, entornos dinámicos y artículos como la espada maestra y el gancho.
Aunque, por otra parte, como he comentado antes, también supuso un reinicio a nivel argumental, estando aquí el origen de una cronología un poco confusa que Nintendo intento arreglar hace escasos años. Esta tercera entrega no tendría nada que ver con las anteriores, solo se conservaría los nombres de los personajes principales, Link, Zelda y Ganondorf, convirtiéndose los tres en avatares de una idea, valor, sabiduría y poder respectivamente, además de ser el héroe, la princesa y el villano. Aspecto que también se conservaría en futuras entregas, convirtiendo a este trio en una especia de actores donde siempre representarían el mismo papel, siendo toda una alegoría del bien contra el mal.
En esta ocasión, Link un chico que vive con su tío, recordemos solamente comparte nombre y vestuario con el protagonista de las dos aventuras anteriores, tiene un extraño sueño donde la princesa Zelda le comunica que está en apuros. Al despertarse ve a su tío, dirigirse al castillo, pues este está siendo asediado, ordenándole se quede en cama. Link haciendo caso omiso, sigue a su tío, encontrándoselo moribundo en las mazmorras. Moribundo le pide rescate a Zelda, la cual está encerrada en las mazmorras.
Luego de rescatarla, toda esta parte es jugable, Zelda nos explica que el malvado mago Agahnim tiene la intención de romper el sello que crearon hace cientos de años los siete sabios, con la intención de liberar al poderoso Ganon, el cual se encuentra sellado en el mundo oscuro. Link deberá hacerse con la espada maestra, la única arma que puede matar a Agahnim, pues él, es el único capaz de evitar los planes del malvado mago.
Con un argumento que rompía en los esquemas establecidos en las dos primeras entregas, Zelda es rescatada apenas en los primeros veinte minutos, nos encontrábamos con una aventura colosal, donde poco a poco la trama se iba complicando. Justo cuando pensábamos que se acaba, se abre una nueva puerta, que nos ofrece más y más horas de aventuras. Y es que, junto a los clásicos templos, para empezar, tenemos que superar tres para demostrar que somos el elegido que empuñara la espada maestra, idea que se recicló en The Legend of Zelda: Ocarina of Time, más siete mazmorras que se desbloquearan después, tendremos a nuestra disposición la mayor innovación del título, el mundo oscuro.
Hacia la mitad del juego, se desbloqueará este mundo, que no es más que un reflejo del mundo de la luz, el Hyrule que conocíamos, estando ambos interconectados, cosa que ofrece una buena variedad de puzles, pues lo que hagamos en una realidad o mundo, afectara a la otra. Gracias a la inclusión de este mundo, es como si tuviéramos dos juegos en lugar de uno, pues no es que el mundo oscuro se reduzca a cuatro localizaciones, es todo un mapa exactamente igual que el luminoso, hablando de tamaño. Pues, aunque sean mundos paralelos, no se reduce a un cambio de sprites y colores, tenemos nuevos enemigos e incluso el mapeado cambia ligeramente de un mundo a otro, existiendo cosas como por ejemplo rocas que están en un mundo y no el otro, creando nuevos caminos y teniendo que redescubrir de nuevo el mapa.
Gracias a esta innovación y muchas otras, como fueron el uso de flechas y bombas como objetos separados los cuales podíamos almacenar en nuestro inventario, nos encontramos que The Legend of Zelda: A Link to the Past es sin duda una de las aventuras más grandes que ofrece esta saga, con un aspecto técnico, que, aunque es cierto que hoy en día está muy superado, en su día era todo un portento. Puede que a día de hoy no llame tanto la atención, pero sigue siendo colorido como el primer día, envejeciendo muy bien, siendo muy vistoso y bonito a la vista. Sin llegar a las bestias pardas que fueron los Donkey Kong Country, realmente se puede decir que estamos ante uno de los mejores juegos de Super Nintendo a nivel gráfico y sonoro.
La música en si ya merecería todo un análisis, porque es sencillamente espectacular. De nuevo este juego aprovecha al máximo el chip de sonido de la consola, estando en lo más alto del catálogo. Simplemente, Koji Kondo se superó a sí mismo, ofreciendo una de las mejores partituras de toda la saga, saliendo en 1994 en calidad The Legend of Zelda: Sound and Drama. Y es que es en este juego donde nos encontramos el origen de muchas melodías clásicas que han perdurado en la saga.
Con un aspecto técnico soberbio, una jugabilidad a prueba de bombas, The Legend of Zelda: A Link to the Past refino al máximo el esquema jugable, siendo el pilar de la saga durante muchos años, no es extraño que este juego recuperara el favor de crítica y público, siendo considerado en su tiempo juego del año por revistas como Nintendo Power y Nintendo Acción, incluso Entertainment Weekly lo eligió como el mejor juego de toda la historia en 2006, situándose a día de hoy, en los tops 10 de la consola e incluso de los mejores videojuegos de la historia.
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