Pese a que no me considero una persona violenta, la verdad es que los juegos de lucha siempre me han atraído. Sin ser tampoco un forofo del género, siempre me ha gustado tener como mínimo un juego de este tipo para cada uno de los sistemas que he tenido a lo largo de mi vida.
Puede que sea una manera de descargar adrenalina o la agresividad que tiene el ser humano de manera innata, pero lo cierto es que este género ha tenido su nicho desde el principio de los tiempos. De hecho, y pese a que seguramente hay algún título semi escondido, Heavyweight Champ de Sega, que fue lanzado en 1976, se considera el primero del género, a menos a nivel comercial. Debido a las limitaciones del precario hardware de la época, recordemos que oficialmente la industria del videojuego empezó en el año 1972, Sega no decidió complicarse mucho la vida. Heavyweight Champ era realmente sencillo, dos boxeadores en un ring, dándose de guantazos. Y todo en blanco y negro. Eso sí, ya tenía una de las características básicas del género, perspectiva lateral, aunque aún no existían barras de vida ni nada por el estilo. Los jugadores solo podían lanzar puñetazos y poco más.
Y es que este primer título, era realmente el que puso la semilla y poco más. El hecho que sea uno de los títulos más desconocidos de Sega, demuestra el escaso impacto que causo. Aun así, fueron varias empresas las que vieron el potencial de la idea, y por ejemplo en 1979 tenemos Warrior de Tim Skelly, el cual, desde una perspectiva aérea, podíamos ver a dos caballeros medievales batiéndose a muerte, arma en mano. El juego, de nuevo no tuvo demasiado éxito, pero es por muchos considerado como el primer juego realmente de lucha, siendo Heavyweight Champ considerado como simulador deportivo, pues en Warrior si tenemos barra de vida y más variedad e movientes. Es más Atari en 1980 unió las ideas de ambos juegos y lanzo Boxing donde veíamos a dos boxeadores dese arriba.
Los siguientes años fueron de experimentación, volviendo Sega a intentarlo con Champion Boxing, una clara mejora respecto a lo visto en Heavyweight Champ, siendo el primer juego de Yu Suzuki en Sega. No obstante, seria Technos Japan quien definiría, en 1984, como debía ser el género, con Karate Champ. Sin perder de vista el componente deportivo de títulos anteriores, Techn?s nos ofrecía la posibilidad de ser todo un Karateka, respetando las normas y siendo lo más realista posible, dentro de lo que ofrecía el hardware. Por primera vez, teníamos una gran variedad de técnicas, todas ellas reales, que debíamos ejecutar realizando una serie de movimientos con el joystick, que en esta ocasión era doble. Uno para moverse, otro para atacar. Esta recreativa si tuvo éxito, tanto que se le considera padre del género y piedra angular del mismo, popularizando el género entre las masas, pasando a ser algo más que una curiosidad. Tal fue el éxito que rápidamente salieron copias como The Way of the Exploding Fist y International Karate, que hicieron popular el género en los hogares pero que, en algunos casos, llegaron a demandas por plagio.
Por su parte Nintendo saca Punch-Out!!, el debut de Koji Kondo, donde veíamos todo desde la perspectiva del boxeador. Esta idea fue aprovechada por Sega para hacer en 1987 tuvo una especie de remake de Heavyweight Champ. Esta recreativa fue un éxito rotundo, iniciando una saga que aun dura hasta nuestros días. Y sobre todo tenia una gran innovación, aparte de ver todo desde el punto de vista del protagonista, el plantel de oponentes, era variado, cada uno con su propias características y estilo de lucha, sin salirse del boxeo, claro está.
Konami, viendo que Technos Japan y Nintendo habían tenido éxito con sus títulos, decidió probar, pero dando un nuevo giro de tuerca. Hasta la fecha, los juegos de lucha eran en su mayoría realistas, basándose en deportes, y prácticamente no había diferencia entre los personajes, mas allá de algún cambio estético. Con Yie Ar Kung Fu, lanzado en 1985, Konami dio un golpe sobre la mesa. Y es que, basándose en las películas de artes marciales, teníamos un plantel de oponentes muy carismáticos, contando con la primera mujer en este género, cada uno con técnicas totalmente fantásticas, lanzando incluso algunos enemigos, proyectiles que teníamos que esquivar. Por primera vez, el género dejaba su vertiente más deportiva, definiéndose sus propias características. Haciendo que incluso se haya llegado a debatir si los juegos de lucha deportiva, más realista, pertenecen a este género o a la simulación.
A partir de este momento, se van viendo juegos de carácter más fantástico, como por ejemplo Barbarian: The Ultimate Warrior, de Palace Software, donde dos barbaros se daban con el mandoble, pudiendo incluso decapitarse, siendo la primera vez que podíamos matar en un juego de lucha.
El mismo año que pudimos disfrutar en nuestros hogares decapitando a nuestros oponentes, 1987, aparece Capcom, con Street Fighter, el cual innovo en bastantes aspectos. Siguiendo lo visto en Yie Ar Kung Fu, de nuevo teníamos un plantel sacado de una película de acción, pero pudiendo escoger en esta ocasión entre dos personajes. Aunque lo que más llamaba la atención del juego de Capcom, era la existencia de técnicas secretas, que solo podíamos descubrir mediante ensaño y error, cosa que se convertiría en sello de identidad del género, así como el movimiento de bloqueo o varios botones para atacar, que un principio tres y sensibles a la presión, pero pasaron a ser seis, debido a que se rompían con facilidad. Pese a estas innovaciones, debido a lo tosco de su jugabilidad el juego no gozo de demasiado éxito, y es que aun harían falta algunos años más para pulir el género.
En 1988, Home Data sacó Reikai Dashi: Chinese Exorcist, un juego que llamo la atención por ser el primer juego de lucha con contar gráficos digitalizados y animación de captura de movimiento, en el cual podíamos ver marionetas dándose de tortas. Por su parte, Electronic Arts lo intento en el mercado doméstico con Budokan: The Martial Spirit, el cual rozaba el simulador deportivo, siendo de los pocos juegos con algo de éxito en este mercado.
En 1991, Capcom revolucionaria el género, con Street Fighter II. Gracias a los avances del hardware y al gran trabajo de Yoshiki Okamoto junto a su equipo, pulieron todo lo que fallo del primer título, para realizar un juego que se convertiría en el rey durante años. Con unos gráficos impresionantes, una jugabilidad muy cuidada y un plantel muy carismático, pudiendo escoger entre ocho luchadores, el juego de Capcom definió como tenía que ser el género desde ese momento. Curiosamente, pocos más tarde SNK lanzó Fatal Fury, otro peso pesado, creado por Takashi Nishiyama, padre del Street Fighter original. Con unos gráficos aún más impresionantes, el poder de Neo Geo era evidente, nos encontrábamos con un juego más técnico, el cual, hacia más hincapié en los combos, ataques especiales y sobre todo, jugar con la profundidad, pues teníamos dos planos.
El reinado de Capcom duro poco, teniéndolo que compartir con SNK, su principal competidora. En este momento el mercado se dividió en dos filosofías, una que optaba por juegos más sencillos de controlar, otra por juegos en los cuales uno debía de convertirse en un auténtico experto para disfrutarlos. El éxito y la calidad tanto de Street Fighter II como de Fatal Fury, hizo que el género iniciase una época de oro, donde fue uno de los reyes de los recreativos y ganando popularidad en los hogares, debido a que las consolas de la época, permitían realizar versiones muy jugables.
Aunque todo el mundo intenta seguir esas dos filosofías, siempre hay quien toma su propio camino, que en este caso sería de nuevo Sega, que como le paso muchas veces, fue simplemente una adelantada a su tiempo, pues apenas un año más tarde en, 1992, experimenta con las tres dimensiones con Dark Edge, un juego donde si bien los personajes eran sprites, la tecnología no daba para más, teníamos escenarios donde podíamos girar sobre nosotros mismos. Al ser un concepto tan nuevo y poco refinado, hace que no cuaje demasiado en el público, quedando relegado al olvido. Mas este no es el único experimento de Sega, ese mismo año lanza Holosseum, un juego de lucha bastante simple, pero que muestra sus gráficos con hologramas.
Midway es la única que consigue hacerse un hueco en el mercado, gracias Mortal Kombat, un juego que se aleja completamente de lo ofrecido por Capcom y SNK, realizando un juego mucho menos técnico, pero más accesible al gran público. Y sobre todo, con mucha sangre. Pues la táctica de Midway fue muy sencilla, cogió conceptos vistos, por ejemplo en Barbarian y los llevo a los extremos, haciendo un juego donde podíamos decapitar, desmembrar o incinerar a nuestro rival si hacíamos una combinación secreta. A todo esto, sumado a que tenía gráficos digitalizados, hizo que rápidamente el juego triunfara en los árcades y que se creara una polémica alrededor de él, pues no era lo mismo zurrar a un atajo de pixeles que a una persona real.
A partir de ese momento, nace una tercera filosofía de juegos, que se basan en mostrar toda la violencia posible, haciendo que salieran al mercado decenas de clones de Mortal Kombat, aunque casi ninguno triunfa, debido a que no entienden realmente lo que hacía divertido al juego de Midway, que era sobre todo, no tomarse en serio y ofrecer primero un buen producto, no centrándose completamente en la hemoglobina.
No obstante, no fue el único juego que tuvo clones, rápidamente el mercado se llena de clones de Street Fighter y Fatal Fury, estando por ejemplo, Fighter’s History, de Data East, la cual fue llevada incluso a juicio por Capcom, alegando que era una copia de su juego. Incluso Sega se deja de experimentos y saca dos juegos al mercado, que poco innovan, estos son Rival Burning y Eternal Champions, que si bien no llegan a quitar el trono a Capcom ni a SNK ni a Midway, tienen su público. Por su parte, ninguna de estas tres compañías se duerme en los laureles, o bien continúan sus sagas, como por ejemplo con Mortal Kombat II, lanzan nuevos títulos al mercado como Samurai Shodown o Art of Fithing, o bien, mejoran su título, que es lo que hace Capcom.
En 1994, Sega vuelve a revolucionar el género. Viendo que sus juegos no han venido lo esperado, apuesta por los polígonos con Virtua Fighter. Con Yu Suzuki al mando, estamos ante una verdadera revolución, que dictaminaría cual seria el siguiente paso a seguir en el género, pese a que durante unos años convivirían los juegos poligonales con los de dos dimensiones, aunque la jugabilidad del título de Sega, seguiría siendo como si fuera en dos dimensiones. Tamsoft un año más tarde lanzaría Battle Arena Toshinden, considerado como el primer juego realmente en 3D, pues podíamos movernos sobre nuestro eje, como hacíamos en Dark Edge pero con personajes poligonales. Por su parte, SNK se especializa en el pixel, depurando su fórmula en The King of Fighters ’94, donde podíamos hacer equipo de tres luchadores.
En 1995, aparece un nuevo rey del género, Tekken. Creado por Namco, este título arrasa en ventas tanto en consola como éxito recreativos, perdiendo Capcom y Midway, su reinado, mientras que SNK, conserva su pequeño feudo. Sega por su parte, intenta contraatacar con nuevas versiones mejoradas de Virtua Fighter, pero se queda en un segundo puesto. Namco se hace la reina, pues ese mismo año, saca al título otro gran juego, Soul Edge, en el cual luchamos con espadas. Capcom, viendo que la marca Street Fighter pierde fuelle, empieza otras sagas, sacando el titulo X-Men vs. Street Fighter, que sería el principio del maravilloso Marvel vs. Capcom, además de sacar nuevos títulos de su franquicia estrella, Street Fighter.
Es en esta época donde estamos en la época más dulce dentro del género del videojuego, siendo uno de los favoritos del público, según afirmo la revista GamePro, donde informa que cuatro de cada cinco encuestados nombraban a los juegos de lucha como su género favorito. Aunque el exceso de títulos que hay en el mercado, hará que este sufra las consecuencias en poco tiempo, pues a principios de los 2000, la tendencia comienza a bajar.
Mortal Kombat pierde seguidores a marchas forzadas, Street Figher no vuelve a tener el esplendor de antaño y SNK anuncia que cierra sus puertas. Y es que la única que parece tener éxito entre el publico mayoritario, es Namco. Otras causas del que el género pierda en popularidad, que no calidad, pues tenemos juegos como Killer Instinct, Dead Or Alive o, Bushido Blade por ejemplo, es el hecho de que cada vez son más complejos y esto unido a que los recreativos, lugar natural del género, vayan cerrando sus puertas, hace que el público generalista se aleje de la lucha.
Pese a que no tenga la fama de antaño, el género está en plena forma a principios de la década de los 2000, teniendo juegos de calidad, siendo en su mayoría secuelas, y aparecen torneos profesionales como son Tougeki – Super Battle Opera y Evolution Championship Series, por ejemplo. Cosa que irónicamente profesionaliza aún más el género, volviéndolo más de nicho, siendo Japón el país donde más éxito tiene. Otro hecho destacable de esta época que SNK renace como SNK Playmore, continuando con sus sagas, pero sin el lustro de sus inicios.
A finales de la primera década de los años 2000, es Capcom cuando vuelve a popularizar el género con Street Fighter IV , justo cuando Namco empezaba a acusar síntomas de cansancio. Es tal el éxito de esta nueva entrega, que vuelve a los esquemas más clásicos, que el nombre de Street Fighter vuelve a ganar reputación entre el público. Otra que renace de sus cenizas, es Mortal Kombat, con su novena entrega, la cual innova con un modo historia como nunca antes visto. Estos nuevos aires insuflan vida al género de la lucha, revitalizando sagas míticas, creando nuevos títulos, atrayendo a las nuevas generaciones y aquellos que se habían apartado, consiguiendo que poco a poco, el género vuelva a tener la fama de sus días de gloria.