Título: Law of the West
Año: 1985
Desarrolladora: Accolade
Plataforma: Commodore 64, Apple II, PC-88, Famicom
Género: Aventura
“Este pueblo es demasiado pequeño para los dos, forastero”, es la frase por antonomasia del western. ¿Quién no recuerda esos duelos al sol, precedidos de frases memorables y miradas llenas de tensión? Acompañadme en este viaje al salvaje oeste, donde se ha de ser rápido de manos y tener nervios de acero.
Law of the West, comercializado en nuestro país como La ley del oeste por parte de Compulogical, es sin duda uno de los juegos más curiosos que existieron para Commodore 64, Apple II, PC-88 y Famicom. En 1985 ya habíamos tenido algunos juegos basados en el salvaje oeste, pero casi ninguno habría recreado el oeste de la manera que lo haría este juego, a excepción de The Oregon Trail, que era un título educativo. De nuevo nos volvíamos a ponernos una cartuchera, pero en lugar de disparar a lo loco, lo teníamos que hacer con cabeza.
En este juego encarnamos el papel del sheriff y como tal, hemos de hacer que la ley sea respetada en nuestra ciudad. Cosa que no nos da permiso para ser unos auténticos bastardos y disparar contra todo aquel que nos mire mal. Por delante de nosotros pasaran desde honrados ciudadanos a auténticos canallas, quedara en nuestras manos como tratar con todos ellos, siempre intentando respetar la ley. O no, pues Law of the West nos ofrece completa libertad. Realmente solo tenemos un objetivo, intentar sobrevivir todo un día como sheriff en el salvaje oeste. A partir de aquí, nosotros decidimos. Asumiendo las consecuencias de nuestros actos.
Si queremos ser Billy el niño, podemos serlo. Acribillando a todo aquel que pase delante nuestro antes de siquiera abra la boca para decir buenos días. El juego no nos penalizara de ningún modo, más allá de la puntuación final, aclarando que en dicha puntuación se nos indicara a cuanta gente inocente hemos disparado, a cuantos delincuentes, damas que hemos seducido, cuantos delitos hemos detenido e incluso las veces que hemos sido heridos. Podemos acabar con todo la población en un pis-pas, aunque jugar así no tiene ningún sentido, pues es cargarse la experiencia de juego, durando este un suspiro. La gracia esta meterse en el papel de sheriff y actuar como tal.
En todo momento, veremos la acción desde atrás, de nuestro personaje solo veremos sus espaldas, no pudiéndonos mover en ningún momento. Sera el mismo sheriff el que pase de un escenario a otro, pudiendo ser el Saloon, la oficina de la diligencia de Wells Fargo, la estación de tren o el banco. Iremos a un lugar u otro según nuestras decisiones, pero sabed que menos el banco, el cambio entre escenarios es puramente estético. En cada escenario nos aparecerá un personaje, de nuevo definido por nuestras acciones, siendo el primero siempre el mismo, el cual hablara con nosotros.
En este momento tendremos dos opciones, escoger una respuesta o directamente sacar nuestro revolver y volarle los sesos. Cosa que podemos hacer en cualquier momento, pues tenemos la posibilidad de desenfundar nuestro revólver cuando deseemos, incluso en mitad de una conversación, solamente inclinando el jostick hacia arriba. Momento en el cual saldrá un punto de mira. Eso sí, habrá que desenfundar con cabeza, ir apuntando al personal será tomado como una amenaza y podemos encontrarnos con que sea el otro el que nos haga un agujero en el pecho antes de que saludemos. Lo aconsejable es tener siempre el revolver guardado, a menos que veamos alguna amenaza.
Durante nuestro día como sheriff nos encontraremos personajes de todo tipo. Algunos serán amistosos y otros agresivos, existiendo incluso algunos que nos dispararan nada más vernos, pero esto solo ocurrirá en al banco, cuando se produzca un atraco. Normalmente, antes de desenfundar, los que busquen pelea, empezaran a insultarnos. Sera en ese momento cuando tendremos que tener la mano preparada, pues podrán sacar su arma de repente, tras lanzar algún improperio hacia nuestra persona. Aunque no siempre la violencia será la solución, en ocasiones podremos amedrentar a nuestro rival seleccionado la respuesta adecuada, haciendo que huya con el rabo entre las piernas.
Hemos de ir con cuidado con que respondemos, pues cualquier personaje amistoso pude volverse hostil si le provocamos, acabando el día en una caja de pino. Por el contrario, si somos corteses y amables, sacaremos información valiosa de los honrados ciudadanos. Aunque tampoco hemos de pasarnos de educados, si no nos hacemos respetar, algún forajido vera que somos un pusilánime y nos meteré una bala entre ceja y ceja. Hemos de recordad que estamos en el salvaje oeste, donde solo sobreviven los más duros.
Otra consecuencia de actuar como un brabucón descerebrado, es que el medico se negara a curar nuestras heridas, si vamos matando sin ton ni son. O incluso que no haya médico, porque directamente lo hemos liquidado. Y el medico es el personaje más importante del juego, pues al igual que nuestros enemigos, moriremos de un solo tiro si el medico no nos atiende, así que es mejor no provocarlo con nuestras acciones o palabras. Aunque de todos modos, es mejor no tentar a la suerte y sacar la pistola solo cuando sea necesario, pues aunque estemos de buenas con el médico, habrá ocasiones que no esté en el pueblo y si recibimos un disparo, se acabó el juego. El hecho de que el medico esté disponible o no, es totalmente aleatorio, dándole al juego cierto toque de riesgo, que hace que no nos la juguemos a lo loco.
Por el contrario, la aparición del resto de los personajes, no es aleatoria. Según actuemos, irán apareciendo en un orden u otro. Por ejemplo si contestamos mal a Willy, un niño, este no nos dirá que están asaltando el banco, por el contrario si somos amables, nos dará el chivatazo, cambiando el transcurso del día. Law of the West no es que tenga demasiadas ramificaciones, incluso hay guías para sacar la mayor puntuación, pero como mínimo ofrece una cierta rejugabilidad, hasta que descubrimos todos los caminos posibles, cosa a valorar en 1985, época en la que la mayoría de juegos era lineales.
Aparte de su jugabilidad y en lo divertido que es, Law of the West destaca por sus gráficos, sobre todo en su versión primigenia para Commodore 64. Las versiones para Apple II y PC-88 son muy parecidas, pero con una paleta de colores más pobre y personajes en peor resolución, siendo la versión de Famicom la peor en este sentido. Lo primero que llama la atención al iniciar el juego, es el tamaño del sheriff, el cual ocupa un tercio de pantalla, pareciendo que realmente estamos viendo todo desde sus espaldas, aunque los escenarios tampoco desmerecen, llenos de vida y detalles. Por el fondo siempre veremos pasar una carreta o algún ciudadano, dando la sensación de que estamos ante una ciudad viva. Se nota que el apartado gráfico ha sido cuidado con mimo, cuando uno comprueba, que si es herido, el sheriff aparece con un vendaje en el brazo.
En el aspecto sonoro sí que defrauda un poco, encontrándonos el peor apartado del juego. Las músicas son buenas, pero solo las escuchamos en momentos puntuales. Algo que es una auténtica lastima, sobre todo en la versión de Commodore 64, pues es desaprovechar el poderoso chip SID. Otra pega del juego, es que este es algo lento, los personajes tardan un rato en llegar al centro de la pantalla y otro rato en irse. Esto sumado a que la carga era lenta, siendo necesario hacerlo de nuevo cada vez que morimos, hace que sea un juego que requiere ponerse con calma, si se quiere jugar en un Commodore 64 y no en un emulador, donde es una experiencia más rápida.
Dejando esto de lado, la verdad es Law of the West es un juego muy divertido y bastante curioso, el cual debe jugarse sí o sí, sobre todo si se posee un Commodore 64, pues estamos ante uno de sus juegos más emblemáticos. Además, no tenemos la excusa del idioma Compulogical lo distribuyo totalmente en castellano, eso sí, con unas cuantas faltas y errores de traducción. No obstante, hemos de pensar que en 1985, tener un juego traducido a nuestro idioma era algo totalmente anecdótico, existiendo muy pocos juegos que lo estuvieran. De todas maneras, el inglés utilizado en el original es bastante sencillo, pudiendo jugarlo sin necesitar altos conocimientos del idioma de Shakespeare.
Aun así, os recomiendo probarlo en español, cosa posible hoy en día, gracias al trabajo de preservación realizado por la web INDiceretro y sus colaboradores, liberando la rom, haciendo posible que se pueda cargar en emuladores y en Commodore 64 gracias a los sistemas de back-up. Por su parte, la versión de Apple II esta solamente es inglés, PC-88 y Famicom en japonés.